domingo, 18 de septiembre de 2011

Reto de los 30 días - Día 15: Uno que haya amado hace años y del que hoy reniega.

Pues, siguiendo el ejemplo de algunos compañeros, es mi turno de hacer trampa.
No tengo un libro que haya amado hace años y del que hoy reniegue, tengo más bien un escritor.
Fue hace casi una década que conocí al (supuesto) escritor Gerardo Bloomerfield. Lo encontré buscando cuentos gore, en aquel entonces, el nombre de Gerardo era muy popular en la red, montones de sitios lo reseñaban, montones de fans lo recomendaban. Cuando lo leí, me deslumbro su irreverencia, su posición ideológica hacia la política y sobretodo la religión, renegaba tanto del cristianismo como del satanismo (ya comenzaba a dejar de lado mis intentos por ser satanista o pertenecer a alguna logia y mi admiración por el demonio cambiaba de perspectiva). Lo pintaban (y el más que nadie) como el nuevo Quiroga, el Robert Bloch del gore, el máximo escritor latino americano de terror y un sinfín más de calificativos. Cuando lo leí, en verdad me sorprendió que se atreviera a escribir sobre necrófila, pedofilia, mutilaciones, hombres que violaban recién nacidos por la garganta, y una larga lista de perversiones más. Me uní a un grupo de yahoo que él creó, supuestamente para ser un punto de reunión de diferentes artistas, pero que más bien era para alimentar su ego, el circulo 13666 de Bloomerfield. Me tenía tan cegado mi admiración hacia él, que no era capaz de darme cuenta de su enorme afán de protagonismo. Afortunadamente, un día anunció su conversión al cristianismo y me sentí tan decepcionado (no porque se volviera cristiano en sí, sino por renegar de buenas a primeras de todo lo que hasta entonces había sido; entre sus hazañas se encontraba ser amigo de un asesino en serie de su natal Uruguay y de tener que haber huido de este al ser víctima de intentos de asesinatos por grupos cristianos) Me dolió, nunca nadie me había decepcionado tanto como él. El alejamiento fue inevitable, pero me sirvió de mucho, pude verlo tiempo después con objetividad, era un payaso, que escribía muy mal. Se copiaba a sí mismo en sus relatos, tenía grandes fallas de sintaxis y hasta errores de acentuación, su éxito se basaba más en cuantas porquerías era capaz de meter en un solo relato que en la calidad de la trama. hace poco, traté de darle otra oportunidad, ahora escribe muy poco, cosas más o menos, pero nada del otro mundo, leí algunas cosas que me gustaron, pero sigue siendo el mismo ególatra, no acepta otra cosa que no sean halagos. Al viejo Bloomerfield, le agradezco cuentos como Acabatú y El relato del Gambusino, el haberme llevado a leer a Qiroga y a Bloch, al nuevo (que prometió dejar el nombre de Gerado Bloomerfield para utilizar el real, cosa que no hizo, pues nadie sabría quien es) ayudarme a darme cuenta que no era tan bueno como creía y a admirar la obra más que a las personas

1 comentario:

  1. Hola Compañero del C 13666 de GB...

    Como te imaginaras... me identifico mucho con tu sentir, pues de la misma forma que tu fuy atrapado mas que nada por un "icono" un personaje que el mismo se ponia sus egolatras adjetivos.

    ultimamente como tu encontre un blog de gerarde que lo unico que logro fue sentirme tan triste de haber tenido un "idolo" tan poco etico con sus propios pensamientos! pues escrube de videojuegos y de un "nuevo" estilo de cristianismo que el esta inventando...

    Personalemte tube mucho contacto con Gerardo y llegue a participar en su web... pero le perd pista y cuando lo encontre era lapiltrafa que es hoy.... todo lo que critico lo vive en carnepropia!

    Saludos amigo!!

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