domingo, 20 de marzo de 2011

LA MANO

Cierro los ojos y siento que aún estoy en ese asqueroso cuarto, puedo escuchar sus carcajadas y ver como disfruta al abrir mi estomago, así que los mantengo abiertos y desobedezco a mi cuerpo que me suplica detenerme, darme por vencido… nada… Sigo avanzando, debo alcanzar la puerta. Cuando ella abra se horrorizara, es un espectáculo terrible, lo sé bien. El infeliz me obligó a ver todo, desde que introdujo mi mano en la herida hasta que la cerró. Hay que reforzar la sutura con alambre, dijo, no quiero que te vayas a liberar, chillarías como una niñita, pero acabarías con la diversión.
Sigo tan lejos de la entrada, deben ser unos cuantos metros, pero me parecen kilómetros, siento que me tomara horas… Fátima, mi amor, si al menos te asomaras por la ventana, si me escucharas… Es insoportable… intento olvidar… pero tengo grabada cada palabra y cada acción. Tardé tanto en desmayarme… ¿o esperaba a que despertara para continuar? Ni siquiera sé cuanto estuve ahí, ¿horas? ¿días? ¿años? Fue eterno. Ya… concéntrate… pronto quedaran atrás sus risas, mis gritos, el dolor… solo debo tocar el timbre…. Intento gritar… gruñidos, eso es lo que sale de mi boca. Miro hacia atrás, ¡Se quedó a mirar creo que se masturba! alguien podría detenerlo, pero la maldita calle está desierta. Nada puedo hacer, solo seguir caminando… Al fin… ¡Mierda! mi mano libre está adormecida… me inyectó algo antes de sacarme de la camioneta… imposible moverla… Mi cabeza, golpeó la puerta con ella… una vez… de nuevo… de nuevo… de nuevo… hay sangre, no me detendré, una herida en la frente no es nada, golpeo de nuevo… de nuevo… Ahí está, su dulce voz, su inconfundible voz, su caminar ligero… imagino su terror, sus lagrimas al verme… las preguntas obvias ¿Qué te pasó? ¿qué te han hecho? No hay tiempo de responderlas… abres, no dices nada, te has congelado, te abrazaría, me lastima tanto verte así… todo estará bien… urgencias… debo llamar a urgencias. Pasó a su lado, comienza a hablar, pero no la escuchó… El teléfono… debo alcanzarlo, pero a cada paso la vida se me escapa… pero no… él no va a ganar. Dios, si acaso existes, dame la fuerza para mover el brazo, sostener el teléfono… Ese loco, colocó algo en mi puño… está amarrado con cinta… Caminé hasta aquí, con la mano derecha dentro de mi estomago, rozando mis entrañas con el menor movimiento… todo ese dolor… Pienso en mi mujer, ella me ha dado fuerza, por ella llegué hasta aquí, no voy a permitir que un estúpido pedazo de cinta en mi mano izquierda… ¡Muerde! debo morder para romper la atadura… listo… me cuesta moverla… sigue adormecida… Me toma una eternidad extender mis dedos y otra más asimilar lo que apretaban… mi lengua… Fátima… tendrá que ser ella quien llame… ¿Dónde? ¿Dónde estás? ¿Qué haces con…?
Cierro los ojos, escucho su risa, recuerdo el cuarto oscuro, el cuchillo clavarse en mi vientre, sus sucias manos hurgando en mi interior, la aguja, el alambre, el dolor, recuerdo cada detalle… todo es mejor que verlos besarse.




Un cuento, parte de un proyecto que tengo detenido, llamado GROTESCO, deberian ser 5 cuentos al menos, tengo 3, este es el más corto, como se aprecia, aún le fatla correccion. Pero como nadie me lee, me da lo mismo.

2 comentarios:

  1. YA TE LEI JULIAN, NO DIGAS KE NADIE... SALUDOS, ESTA BUENO, PERO DEBERIAS PONERLE MAS EMOCION... ES ALGO PREDECIBLE... UNA CRITICA CONSTRUCTIVA CREO YO, JEJE... EMMA.

    ResponderEliminar
  2. jajaja, gracias, por leerme y por la critica, la tendre en cuenta. Saludos

    ResponderEliminar