Tatuaje

Se encontraba en el brazo derecho de esa chica. Era justo lo que había estado buscando desde hacia ya seis años, cuando decidió hacerse uno. Había visto miles en tantas partes, revistas, estudios, Internet, dibujos y no daba con aquella imagen que dijera “este soy yo, esta es mi vida” y ahora, sin buscarlo, aparecía frente a él, impreso en esa piel blanca, casi albina, en la forma, tamaño, y color perfectos. Se acercó a ella.
—Hola, esta muy padre tu tatu.
Ella contestó algo, pero no le prestó atención.
—¿Me dejas tocarlo? —No espero a que le respondiera.
Sintió la piel, no había bordes. Era un magnifico trabajo.
—Debo tenerlo —dijo.
La chica le sonrió y se fue con paso rápido. Él dio un largo suspiro y fue tras ella. Sus brazos le rodearon el cuello, presionando fuertemente hasta que la hizo perder el conocimiento. Luego sacó su navaja y comenzó a cortar la piel pigmentada.
—Es lo que siempre quise —dijo extendiendo el pedazo de piel sobre su pecho.