Entro al bar, ahí esta, desde el primer instante en que la veo sé que tiene algo especial. Me causa una sensación que jamás había experimentado.
Me acerco a la barra, estoy a unos metros de ella; la observo y me doy cuenta que si acaso los ángeles existen debe ser uno de ellos.
Llevamos más de 2 horas conversando, nunca había estado con alguien que fuera capaz de hacerme sentir de esta forma. De pronto me habla al oído, me invita a su casa, esa es una invitación que no puedo y no debo rechazar.
Las cosas han salido así, no sé porque lo permití pero ya no me importa sólo me dejo llevar.
Está desnuda y yo también. Su cuerpo me exige que lo posea y yo deseo que se adueñe del mío.
Recorro cada parte de su cuerpo con las yemas de mis dedos, su piel es tan suave. Me ordena que la bese... lo hago y se roba parte de mi alma en ese beso.
Estoy temblando, ella acaricia mi pecho, araña mi espalda, muerde mi cuello. Por un instante somos uno con el universo... ella y yo... solo uno.
Me mira a los ojos, su mirada es la más hermosa que jamás haya existido y mientras me ve hace esa terrible pregunta ¿quién eres? Y así, de golpe me trae de vuelta a este mundo.
¿Quién eres? Pregunta de nuevo. Algo sale de mis ojos, creo que le llaman lagrimas.
¿Quién eres? Insiste, entonces me armo de valor y recuerdo quien soy... recuerdo lo que soy.
Mi nombre es Anselmo, mi profesión sicario y esta noche voy a matarte.
Este de los primeros, debe ser el tercero que escribi a comparacion y es de los más fresas. Quiza hasta un tanto contradictorio con la personalidad que fue desarrollando con el tiempo
lunes, 31 de mayo de 2010
DE PROFESION SICARIO
Aqui dejo el prologo de un cuento más largo. Anselmo es un personaje recurrente en mis historias. Esta es su saga más importante, este fragmento funciona como una historia independiente y es a mi gusto, de lo más grotesco que se le ha ocurrido hacer.
—¡Cállate, carajo! Deberías alegrarte, te he elegido para estrenar mi juego.
Atada de pies y manos, desnuda y adolorida por la paliza que le había dado aquel hombre, lo único que podía hacer era llorar.
—Es muy simple —dijo, mientras arrastraba la mesa de centro hasta ella—. El juego empieza así: tengo dos notas, una en el bolsillo izquierdo de mi saco y la otra en el derecho. Una dice: “ganaste”, la otra: “ya te jodiste”. Si escoges la primera, el juego termina. Te desato y permito que te vayas, lo que sería una novedad, jamás he dejado viva a una de mis víctimas y menos por gusto. Tendría que inventar una buena excusa con tu esposo, pero realmente no me preocupa mucho ese tarado. Si escoges la otra —Hizo una pausa, miró fijamente el rostro de la chica, sonrió y le dio un puñetazo—. Te ves hermosa cuando sangras. Te decía: si escoges la otra el juego sigue. ¿Derecha o izquierda?
—¿Por qué me haces esto?
—Mi nombre es Anselmo y mi profesión, sicario. Tu marido me contrató para matarte, se enteró de tus travesuras con cierto chico.
—¿Por qué me torturas?
—Me divierto, además te estoy dando la oportunidad de salvarte. Te encantan los juegos de azar, ¿no? ¿Derecha o izquierda?
—Derecha.
Anselmo metió la mano en el bolsillo, leyó la nota y se la mostró a la joven. Sonrío al ver su expresión.
—La cosa se pondrá mejor, ya verás.
—No lo hagas, por favor.
—Lo siento, así es el juego, ya te jodiste, pero aún no termina —Levantó el maletín que había dejado en el suelo y lo puso sobre la mesa, sacó de él dos cajas de madera—. Una de estas cajas, tiene una bala de plata... Bueno, la verdad: no es de plata, ninguna mujer vale una de esas. La otra tiene una rata, la pobrecilla está casi muerta de hambre, no ha comido en tres días. Si escoges la caja con la bala, la pondré en este hermoso revolver —Acariciaba el arma con suavidad, mientras se la mostraba a la aterrorizada mujer—, y te dispararé en la sien. La tapa de los sesos saldrá volando, tu cerebro se esparcirá por todos lados, es posible que algo de tu rostro caiga en el mío, eso me excita. Quedarás irreconocible. No es como en las películas que sólo queda un agujero, créeme, lo he hecho cientos de veces. Pero si escoges la caja con la rata, y aunque soy ateo, rezo porque así sea, tomaré a la pequeña Adriana y la meteré en tu vagina. Eso es algo que jamas he hecho, así que no sé con seguridad que es lo que pasará, pero puedo imaginarlo. Primero, debo sacarla con cuidado para que no se escape ni me muerda, luego, tengo que hacerla entrar por tu coño, que por cierto es muy lindo. Como toda buena rata de caño, me imagino que no será el primer hoyo húmedo y oscuro en el que esté. Supongo que percibirá el olor de tus vísceras y tu sangre, ya que seguro te lastimará al entrar. Tal vez intente salir, me emociona la idea de que se revuelva en tu interior, seguro gritarás como nunca y pedirás clemencia. Quizás trate de alimentarse y eso sería aun más divertido. ¡Ahora escoge, hija de puta!
Anselmo sonrió al ver escurrir la orina por la silla. Estaba ansioso por saber cuál de las dos cajas elegiría, pero ella sólo lloraba y repetía una y otra vez que estaba soñando. Se cansó de esperar y la abofeteó.
—Escoge, chingao, escoge una de las dos o te sacaré los ojos, te reventaré los tímpanos, te cortaré la lengua y las manos y me aseguraré que vivas así muchos, muchos años.
—Noooo... por favor... la bala... quiero la bala...
—Es cosa de la suerte ¿Derecha o izquierda?
—Yo... ah... iz... dere... no... izquierda.
Anselmo abrió la caja, observó lo que ahí había, y se lo mostró a su víctima, acabando con la incertidumbre.
—¡Cállate, carajo! Deberías alegrarte, te he elegido para estrenar mi juego.
Atada de pies y manos, desnuda y adolorida por la paliza que le había dado aquel hombre, lo único que podía hacer era llorar.
—Es muy simple —dijo, mientras arrastraba la mesa de centro hasta ella—. El juego empieza así: tengo dos notas, una en el bolsillo izquierdo de mi saco y la otra en el derecho. Una dice: “ganaste”, la otra: “ya te jodiste”. Si escoges la primera, el juego termina. Te desato y permito que te vayas, lo que sería una novedad, jamás he dejado viva a una de mis víctimas y menos por gusto. Tendría que inventar una buena excusa con tu esposo, pero realmente no me preocupa mucho ese tarado. Si escoges la otra —Hizo una pausa, miró fijamente el rostro de la chica, sonrió y le dio un puñetazo—. Te ves hermosa cuando sangras. Te decía: si escoges la otra el juego sigue. ¿Derecha o izquierda?
—¿Por qué me haces esto?
—Mi nombre es Anselmo y mi profesión, sicario. Tu marido me contrató para matarte, se enteró de tus travesuras con cierto chico.
—¿Por qué me torturas?
—Me divierto, además te estoy dando la oportunidad de salvarte. Te encantan los juegos de azar, ¿no? ¿Derecha o izquierda?
—Derecha.
Anselmo metió la mano en el bolsillo, leyó la nota y se la mostró a la joven. Sonrío al ver su expresión.
—La cosa se pondrá mejor, ya verás.
—No lo hagas, por favor.
—Lo siento, así es el juego, ya te jodiste, pero aún no termina —Levantó el maletín que había dejado en el suelo y lo puso sobre la mesa, sacó de él dos cajas de madera—. Una de estas cajas, tiene una bala de plata... Bueno, la verdad: no es de plata, ninguna mujer vale una de esas. La otra tiene una rata, la pobrecilla está casi muerta de hambre, no ha comido en tres días. Si escoges la caja con la bala, la pondré en este hermoso revolver —Acariciaba el arma con suavidad, mientras se la mostraba a la aterrorizada mujer—, y te dispararé en la sien. La tapa de los sesos saldrá volando, tu cerebro se esparcirá por todos lados, es posible que algo de tu rostro caiga en el mío, eso me excita. Quedarás irreconocible. No es como en las películas que sólo queda un agujero, créeme, lo he hecho cientos de veces. Pero si escoges la caja con la rata, y aunque soy ateo, rezo porque así sea, tomaré a la pequeña Adriana y la meteré en tu vagina. Eso es algo que jamas he hecho, así que no sé con seguridad que es lo que pasará, pero puedo imaginarlo. Primero, debo sacarla con cuidado para que no se escape ni me muerda, luego, tengo que hacerla entrar por tu coño, que por cierto es muy lindo. Como toda buena rata de caño, me imagino que no será el primer hoyo húmedo y oscuro en el que esté. Supongo que percibirá el olor de tus vísceras y tu sangre, ya que seguro te lastimará al entrar. Tal vez intente salir, me emociona la idea de que se revuelva en tu interior, seguro gritarás como nunca y pedirás clemencia. Quizás trate de alimentarse y eso sería aun más divertido. ¡Ahora escoge, hija de puta!
Anselmo sonrió al ver escurrir la orina por la silla. Estaba ansioso por saber cuál de las dos cajas elegiría, pero ella sólo lloraba y repetía una y otra vez que estaba soñando. Se cansó de esperar y la abofeteó.
—Escoge, chingao, escoge una de las dos o te sacaré los ojos, te reventaré los tímpanos, te cortaré la lengua y las manos y me aseguraré que vivas así muchos, muchos años.
—Noooo... por favor... la bala... quiero la bala...
—Es cosa de la suerte ¿Derecha o izquierda?
—Yo... ah... iz... dere... no... izquierda.
Anselmo abrió la caja, observó lo que ahí había, y se lo mostró a su víctima, acabando con la incertidumbre.
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Pereira
En el estacionamiento del edificio, Pereira intentaba arrancar su automóvil, maldecía su mala racha, que su auto nuevo no quisiera arrancar era lo ultimo que le faltaba. Abrió el cofre para revisar el motor. Cuando lo vio no supo que hacer y se sintió estúpido.
-Lo único que sé hacer es jugar fútbol y ni siquiera lo hago bien –penso.
Cerro el cofre y se sentó en el, aun se sentía molesto y triste por lo sucedido.
El ruido de unos pasos lo sacaron de sus pensamientos. Vio que un hombre se acercaba a él.
-Señor disculpe, mi auto no arranca ¿Podría ayudarme?
Sin decir nada el hombre fue hasta él, lo vio a los ojos, se notaba molesto.
- Eres Ruben Pereira ¿no? – le preguntó.
- Así es señor –contestó el joven, alegre de que alguien lo reconociera.
- Vi el partido en vivo. El de hace dos semanas, donde fallaste el penal. El penal que pudo llevarnos a la final –de pronto sus manos sostenían un arma y apuntaba directo a la cara de Pereira. El hombre siguió hablando –¿Sabes cuantos corazones despedazaste? ¿Cuántos años de espera, de rezos, de sufrimientos, de lagrima he pasado esperando que mi país gane un mundial?
Pereira estaba paralizado, el miedo no lo dejaba ni hablar.
El hombre rompió en llanto –Solo tenias que anotar ese penal y le habrías dado algo de sentido a mi miserable vida.
Un disparo hizo eco en todo el estacionamiento. El cuerpo de Pereira quedo tendido sobre el cofre de su auto ultimo modelo.
esta un tanto chafa, pero lo cuelgo por eso del mundial, el fut me desagrada bastante
-Lo único que sé hacer es jugar fútbol y ni siquiera lo hago bien –penso.
Cerro el cofre y se sentó en el, aun se sentía molesto y triste por lo sucedido.
El ruido de unos pasos lo sacaron de sus pensamientos. Vio que un hombre se acercaba a él.
-Señor disculpe, mi auto no arranca ¿Podría ayudarme?
Sin decir nada el hombre fue hasta él, lo vio a los ojos, se notaba molesto.
- Eres Ruben Pereira ¿no? – le preguntó.
- Así es señor –contestó el joven, alegre de que alguien lo reconociera.
- Vi el partido en vivo. El de hace dos semanas, donde fallaste el penal. El penal que pudo llevarnos a la final –de pronto sus manos sostenían un arma y apuntaba directo a la cara de Pereira. El hombre siguió hablando –¿Sabes cuantos corazones despedazaste? ¿Cuántos años de espera, de rezos, de sufrimientos, de lagrima he pasado esperando que mi país gane un mundial?
Pereira estaba paralizado, el miedo no lo dejaba ni hablar.
El hombre rompió en llanto –Solo tenias que anotar ese penal y le habrías dado algo de sentido a mi miserable vida.
Un disparo hizo eco en todo el estacionamiento. El cuerpo de Pereira quedo tendido sobre el cofre de su auto ultimo modelo.
esta un tanto chafa, pero lo cuelgo por eso del mundial, el fut me desagrada bastante
para empezar con lo grotesco en este blog, esta figura esta sacada de una historia de Spawn. Se trata de un pedofilo que se disfrazaba de vendedor de nieves para atraer chamacos. El letrero en el pecho dice: Las niñas gritaban y los niños gritaban y yo lo hice gritar y gritar y gritar. Si prestan atencion veran que tiene unus cuantos palillos de paletas enterrados
domingo, 30 de mayo de 2010
EL INICIO
No sé si mi antiguo blog fue reportado por algun delicado que penso que no debia tener imágenes de desnudos, frases malsonantes, etc. O si fui dado de baja por inactividad o cualquer otra cosa. El caso es que se perdieron dos blogs, Tumba abierta, y NKR (este, compartido con algunos otros, pero la que la verdad teniamos en un abandono tal, que eliminarlo, fue lo mejor que le pudo haber pasado)
Espero que este nuevo blog, corra mejor suerte que los anteriores, pero tambien que en verdad sea más GROTESCO.
No sé si mi antiguo blog fue reportado por algun delicado que penso que no debia tener imágenes de desnudos, frases malsonantes, etc. O si fui dado de baja por inactividad o cualquer otra cosa. El caso es que se perdieron dos blogs, Tumba abierta, y NKR (este, compartido con algunos otros, pero la que la verdad teniamos en un abandono tal, que eliminarlo, fue lo mejor que le pudo haber pasado)
Espero que este nuevo blog, corra mejor suerte que los anteriores, pero tambien que en verdad sea más GROTESCO.
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