sábado, 15 de noviembre de 2014

Farabeuf






En el 2008 tuve por primera vez la necesidad de conseguir un título en específico, se trataba de Farabeuf, del escritor mexicano Salvador Elizondo. Como no lo conseguí en ninguna librería, terminé comprándolo por internet. Recuerdo que mi interés en ese libro se debía al morbo que había despertado en mí un artículo de una revista dedicada al metal -a las que era muy afecto en aquella época- pues comenzaba con una introducción en la que se decía, palabras más, palabras menos, que me hablarían de una historia que me quitaría el sueño por varias noches y que hacía que películas como Guinea Pig parecieran cosas de niños. El resto del texto se ponía serio y hacía una reseña decente de la novela, pero a mí lo que me movía era eso de las mutilaciones y la fotografía del tormento chino llamado Leng Tche. Apenas tuve el libro en mis manos comencé a leerlo y pronto comprendí que todo iba más allá de la tortura física. Farabeuf me impresionó y después de haberlo leído dediqué un tiempo a buscar reseñas e información sobre el, que me pudiera esclarecer algunas cosas.  Ahora, al releerlo seis años después, lejos de parecerme más sencillo, lo sentí más críptico, pero también más bello. Las palabras, las imágenes construidas con ellas, son preciosas. Esta vez no necesité de ningún texto de apoyo para comprender Farabeuf, simplemente me dediqué  disfrutar de su lectura.

domingo, 29 de junio de 2014

Nana de Chuck Palahniuk







A Carl Streator, periodista de mediana edad, le han encargado que escriba una serie de artículos sobre la muerte súbita infantil, un tema que le resulta familiar pues él mismo perdió a su hijo en circunstancias extrañas. En el transcurso de la investigación descubre que en todas las casas donde ha muerto un bebé (o un niño, o un adulto) hay un ejemplar del mismo libro: una antología de poemas africanos que contiene una nana letal. Esta canción mata a aquel que la escucha; de hecho, su poder es tal que ni siquiera es necesario recitarla, con tan solo memorizarla y odiar a alguien intensamente, cae fulminado. Helen Hoover Boyle, agente inmobiliaria especializada en vender casas encantadas, también tenía un hijo que murió en circunstancias similares al de Streator. El periodista y la agente inmobiliaria emprenderán, acompañados por la secretaria de Helen, Mona, aficionada al esoterismo, y el novio de esta, Oyster, un ecologista ultrarradical, un viaje por carretera con el fin de destruir todos los ejemplares del libro y encontrar el grimorio original del que procede el hechizo.


Bastó El club de la pelea para que Chuck Palahniuk se convirtiera en uno de mis autores favoritos. Luego de ese libro quise leer más de él.  Llegó Pigmeo a mis manos, humor negro y escatológico, con ciertos defectos en la historia, no me impresionó, pero tampoco fue decepcionante. Luego Snuff, más divertida, más escatológica,  pero con una trama más interesante, mejor que Pigmeo, pero muy por debajo del Club de la pelea. Este año me hice de Nana, y sin poder quitarme la caprichosa y muy mala costumbre de comparar cualquier cosa que lea de Chuck con su obra maestra, puedo decir que Nana es la más cercana en calidad.
Personajes con traumas, con moral cuestionable, que igual actúan por el bien de la humanidad o movidos por el más puro egoísmo. Personajes que aunque a simple vista parecen caricaturescos son tan comunes y reales como cualquiera que lea el libro.
El nihilismo, la desesperanza, las críticas a la sociedad , el uso de factoides para enriquecer la trama, la violencia y el humor negro, que de una u otra forma siempre están en las historias de Palahniuk, son empleados en Nana con la misma maestría que en su primer novela.

Con todo lo escrito anteriormente, es necesario aclarar que no, Nana no es una copia del Club de la pelea, si bien es posible encontrar similitudes, también tiene grandes diferencias, la mayor de ellas el toque fantástico que va en aumento a medida que se avanza en la historia.

domingo, 5 de enero de 2014

LIBROS 2013





1.-  Ácido sulfúrico, Amélie Nothomb ***/

2.- Clarisa ya tiene un muerto, Guillermo Fadanelli **

3.- No habrá más nombres ni fisonomías, Aldo Rosales **/

4.- El Decamerón, Giovanni Boccaccio *****

5.- Cóbraselo Caro, Élmer Mendoza **/

6.- El gran Gatsby, Francis Scott Fitzgerald ****/

7.- Para comerte mejor, Isabel Ali y Erath Juárez Hernández  **/

8.- Snuff, Chuck Palahniuk ****/

9.- Te diría que fuéramos al río Bravo a llorar pero debes saber que ya no hay río ni llanto, Jorge Humberto Chávez ****

10.- El origen del futuro, Nicolás Minelli ***/

11.- Sangre en la luna, James Elroy ****/

12.- Nostalgia de la sombra, Eduardo Antonio Parra ****/

13.- Cuentos de Mark Twain ****

14.- La casa en llamas, Hugo Lázaro Aguilar **/

15.- Historias de cronopios y de famas, Julio Cortázar ****

16.- El juguete rabioso, Roberto Arlt ***/

17.- El restaurante del fin del mundo, Douglas Adams ****

18.- Cuentos de humor y de horror, Saki ***/

19.- Un hombre sin cabeza, Etgar Keret ****

20.- Entre cuatro esquinas, Aldo Rosales ***

21.- Historias extraordinarias, Roald Dahl ***/

22.- Cuentos de espantos y novelas rústicas, Manuel José Othón ****

23.- Watchmen, Alan Moore, Dave Gibbons, *****

24.- Cantos de Maldoror, Conde de Lautrémont ***/

25.- Fiebre sangrienta, Karen Marie Moning **/

26.- El gran fuego, B.R.Bruss ****

27.- El minotauro y la sirena, Mauricio Carrera y Betina Keizman **

/ es media estrella
Esta vez, aunque incluí una novela gráfica (es un comic, pero para que sea aceptada en las librerías le decimos así) leí mucho menos que el 2012. Sólo dos libros de poesía uno malísimo y otro increíblemente bueno. También un libro de entrevista ensayo, el último, que me costó mucho terminar de leer.
El peor de todos el de Fadanelli, el mejor El Decamerón.

El minotauro y la Sirena, Mauricio Carrera, Betina Keizman



Libro  publicado en 2001 que reúne en una mezcla de ensayo y entrevista a  13 escritores quienes, según los autores del libro, representaban en ese momento a las generaciones que regresaban la vitalidad y entusiasmo, así como una calidad excepcional a la literatura mexicana.
En el libro se entrevistan a Enrique Sena, Rosa Beltrán, David Toscana, Ricardo Chávez Castañeda,  Mónica Lavín, Guillermo Fadanelli, Ignacio Padilla, Cristina Rivera-Garza, Fernando Rivera Flores, Mario González Suárez, Ana García Bergua y Jorge Volpi.
Sus influencias, sus primeros acercamientos a la literatura, el cómo decidieron dedicarse a escribir, su obra, sus gustos y manías y los métodos empleados al momento de ponerse a escribir, son algunos de los temas tocados en las entrevistas.
En el caso de Ignacio Padilla y Volpi, me da la impresión de que el texto se centra demasiado en el grupo al que los autores pertenecen (El crack) más que en su persona.
El entrevistador también se empeña en preguntar a varios escritores si se sienten parte del movimiento denominado Los enterradores, todos concuerdan en decir que no.
El único libro que leí de Fadanelli no me gustó y en su entrevista no dejé de sentir que sus respuestas estaban dictadas por cierto afán de crearse un personaje de escritor borracho, valemadrista e irreverente que resulta muy molesto por lo falso que se nota.
Lo que más me desagradó del libro es que el autor del ensayo se limita a traspasar las opiniones de otros sobre la obra del escritor en turno, antes que dar la propia. Todos los textos son: Sobre fulanito, merengano dice tal cosa; de su libro, perengano cree esto otro; y como dice zutano es así y asá. Esa es la causa de que  para la tercera entrevista yo ya estuviera harto y luchando contra las incontrolables ganas de dejar el libro.

El minotauro y la Sirena, Mauricio Carrera, Betina Keizman



Libro  publicado en 2001 que reúne en una mezcla de ensayo y entrevista a  13 escritores quienes, según los autores del libro, representaban en ese momento a las generaciones que regresaban la vitalidad y entusiasmo, así como una calidad excepcional a la literatura mexicana.
En el libro se entrevistan a Enrique Sena, Rosa Beltrán, David Toscana, Ricardo Chávez Castañeda,  Mónica Lavín, Guillermo Fadanelli, Ignacio Padilla, Cristina Rivera-Garza, Fernando Rivera Flores, Mario González Suárez, Ana García Bergua y Jorge Volpi.
Sus influencias, sus primeros acercamientos a la literatura, el cómo decidieron dedicarse a escribir, su obra, sus gustos y manías y los métodos empleados al momento de ponerse a escribir, son algunos de los temas tocados en las entrevistas.
En el caso de Ignacio Padilla y Volpi, me da la impresión de que el texto se centra demasiado en el grupo al que los autores pertenecen (El crack) más que en su persona.
El entrevistador también se empeña en preguntar a varios escritores si se sienten parte del movimiento denominado Los enterradores, todos concuerdan en decir que no.
El único libro que leí de Fadanelli no me gustó y en su entrevista no dejé de sentir que sus respuestas estaban dictadas por cierto afán de crearse un personaje de escritor borracho, valemadrista e irreverente que resulta muy molesto por lo falso que se nota.
Lo que más me desagradó del libro es que el autor del ensayo se limita a traspasar las opiniones de otros sobre la obra del escritor en turno, antes que dar la propia. Todos los textos son: Sobre fulanito, merengano dice tal cosa; de su libro, perengano cree esto otro; y como dice zutano es así y asá. Esa es la causa de que  para la tercera entrevista yo ya estuviera harto y luchando contra las incontrolables ganas de dejar el libro.