viernes, 11 de enero de 2013

Ácido Sulfúrico, Amélie Nothomb



“El último grito en programas televisivos de entretenimiento se llama «Concentración». Por las calles de París se recluta a los participantes de este reality show, que serán trasladados al plató en vagones precintados como los que trasportaban a los judíos durante el exterminio nazi y, después, internados en un campo. Ante las cámaras de televisión, los prisioneros son golpeados y humillados. El clímax llega cada semana, cuando los telespectadores ejercen el televoto: desde sus casas pueden eliminar-ejecutar a uno de los participantes. Pannonique, una estudiante de gran belleza, es reclutada. Zdena, una mujer sin empleo, se enamora de ella. Una pareja fatal: la víctima y el verdugo. Cuando la audiencia tiene que votar sale a la luz el sadismo inconsciente del público que deplora el horror pero es incapaz de perderse una entrega. Una historia que sirve como crítica de un mundo brutal y crudo de hipocresía bienpensante: un mundo en el que incluso la denuncia del sistema pertenece al sistema.”



Hace años, por recomendación de un conocido, leí La cosmética del enemigo, de Nothomb. El tipo me decía que era una gran novela.. Efectivamente, la novela es buenísima, pero sólo en la primera mitad, pues para entonces uno ya descubrió cual será la supuesta vuelta de tuerca y entonces las siguientes páginas se vuelven mera paja.
De cualquier manera, la escritora goza de cierto prestigio; y Ácido Sulfúrico tiene buenas críticas por toda la red y la trama me atraía bastante, así que le di otra oportunidad.
La novela, aunque buena en su temática, me parece algo floja por varias razones; la principal es el ritmo: nunca pude quitarme la sensación de que estaba leyendo un resumen. Los capítulos son demasiado cortos y narran todo, incluso los sucesos más fuertes, de manera muy superficial. Los personajes no están bien definidos, hasta las protagonistas (Pannonique y Zdena), aunque en menor medida, adolecen de esto.
Otro defecto es la cantidad enorme de cosas que suceden sin que los organizadores y el público se enteren, a pesar de que los personajes están todo el tiempo bajo la vigilancia de las cámaras de televisión, Francia entera se la pasa viendo el programa.
Zdena, la kapo enamorada de Pannonique, es bastante bruta (tarda media novela en darse cuenta de que la obsesión que siente hacia Pannonique, es porque le trae ganas), pero sabe muy bien para qué sirve el Pentotal.
Al final, los organizadores, quienes durante sus breves apariciones en la obra son  mostrados como hombres calculadores, despiadados y cínicos, quedan como la gente más ingenua, debido a la salida tan simplona que utiliza la autora para concluir su novela.
Durante toda la novela los  medios se quejan del programa con bastante indignación, pero es hasta el final que alguien hace algo  por detenerlo,  y la forma en que se logra es casi un Deus ex machina

Me queda la impresión de que la novela está tratada con bastante ligereza porque el verdadero objetivo de Nothomb era solamente criticar a los reality shows, y  al público que se regocija con las humillaciones que muchas veces sufren sus participantes, cosa que sí logra.
Ahí radica el punto fuerte del escrito, en unas cuantas frases soltadas por dos o tres de los personajes, donde se cuestionan los conceptos del bien y el mal, la hipocresía y otros puntos.
La novela es corta, se lee en una o dos tardes, así que, como no quita mucho tiempo, si la recomiendo para pasar el rato.

No hay comentarios:

Publicar un comentario