Esta es la primera figura que adquiero este año. La encontré por casualidad en un local en la ciudad de Leon, ahora que anduve de visita por ahi
Lo unico medio chafa es el anillo
sábado, 23 de abril de 2011
Rebelión en la Granja (George Orwell)
Sin duda, Orwell, era un escritor valiente y muy critico de la sociedad en la que le tocó vivir. Rebelión en la granja, es una critica al gobierno Ruso de la época de Stalin y en cierta forma a la tolerancia que mostraba Inglaterra hacia él.
Pero creo que la historia va más lejos, retrata la corrupción y los peligros del poder que se pueden dar en cualquier época y cultura.
Que la raza dominante en el libro sean los cerdos, como cualquiera puede imaginar no es una casualidad.
Haciendo todo esto a un lado, viendo Rebelión en la granja solo como una novela, tiene una gran falla (desde mi punto de vista); el comportamiento de los animales es tan similar al de los humanos (idéntico) que se vuelve un tanto inverosímil. Tuve que dejar de pensar en ella como una novela y verla como una fabula para ser capaz de disfrutarla. El mismo Orwell, en la introducción, asegura que habrá quienes la tachen de una historia tonta y es que si no se entiende con que fin se hizo, así lo seria.
Pero creo que la historia va más lejos, retrata la corrupción y los peligros del poder que se pueden dar en cualquier época y cultura.
Que la raza dominante en el libro sean los cerdos, como cualquiera puede imaginar no es una casualidad.
Haciendo todo esto a un lado, viendo Rebelión en la granja solo como una novela, tiene una gran falla (desde mi punto de vista); el comportamiento de los animales es tan similar al de los humanos (idéntico) que se vuelve un tanto inverosímil. Tuve que dejar de pensar en ella como una novela y verla como una fabula para ser capaz de disfrutarla. El mismo Orwell, en la introducción, asegura que habrá quienes la tachen de una historia tonta y es que si no se entiende con que fin se hizo, así lo seria.
viernes, 8 de abril de 2011
Por semana Santa
Dejo un cuentito que se me ocurrio hace unos dias, muy adoc(¿así se escribe?)para estas fechas. Todos recordaran la pelicula de Marcelino Pan y Vino, yo aqui les dejó mi version de la historia, originalmente se iba a llamar marcelino Carne y Sangre, pero la historia se modificó solita y terminó con el nombre que esta abajo.
Un dato curioso, el pan que Marcelino le da al cristo, tiene un cabello, seguramente la trasmitiran en estos días, presten atencion en esa escena y veran
Un dato curioso, el pan que Marcelino le da al cristo, tiene un cabello, seguramente la trasmitiran en estos días, presten atencion en esa escena y veran
MARCELINO PAN Y SEMEN
Marcelino sabía que estaba prohibido subir, pero su mascota no. Dudó unos segundos, no era bueno desobedecer las ordenes de los frailes, las marcas del látigo en su cuerpo se lo recordaban todo el tiempo. Suspiró y luego de pensarlo unos segundos, subió resignado, la última vez que Martincillo escapó, pasó un mes entero antes de que volviera a verlo.
Se trataba de un pasillo con varias habitaciones donde se guardaban los muebles viejos y las estatuas de santos que ya no tenían reparación. Marcelino pudo ver a Martincillo escabullirse por debajo de la puerta de la más lejana.
—Martincillo, ven —dijo poniéndose de rodillas para intentar ver dentro.
El lugar estaba oscuro y Marcelino solo alcanzaba distinguir sombras. De pronto, escuchó algo que parecían gruñidos, un golpe seco, como si un objeto de madera hubiera caído y finalmente; los chillidos de Martincillo.
—Martincillo, no debes hacer destrozos —dijo, deslizando las puntas de sus dedos entre la hendidura, pero los retiró de inmediato al volver a escuhar los gruñidos—. Ese no fue Martincillo— susurró al tiempo que se ponía de pie.
Se quedó inmovil por un momento. Distinguió un pequeño agujero cerca del cerrojo y se animó a echar un vistazo. Notó la silueta de cruz de madera grande y vieja, junto a una silla. Se percató de que los gruñidos provenían de una de las esquinas. Marcelino vio algo arrastrarse hasta la silla. Marcelino se frotó los ojos y volvió a mirar. Parecía tratarse de un hombre desnudo, con el pelo largo y abundante barba.
Las campanas comenzaron a sonar, un escalofrió recorrió el cuerpo de Marcelino; Si llegaba tarde, tendría nuevas cicatrices en la espalda.
Marcelino no podía dormir pensando en lo que había visto arriba. Tras pensarlo un par de horas, se decidió a salir de la cama, tomó una de sus cobijas y se dirigió a la cocina. Cortó un par de rebanadas del pan hechó con la receta especial del hermano Papilla, como había apodado al cocinero.
Se sintió afortunado de que ninguno de los monjes tuviera una de esas reuniones nocturnas en las que se besaban y abrazaban desnudos.
Entró con cautela en el celda del hermano Castigo, el monje que poseía todas las llaves del monasterio. Había una que jamas tocaba, la más grande de todas, Marclino tuvo la corazonada de que esa era la que necesitaba.
La puerta era pesada y rechinó al abrirse. Aunque era de noche, la poca luz que se filtraba por la entrada, le permitió a Marcelino ver mejor los detalles.
—Hola —le habló—. Te he visto esta tarde, buscando a un amigo mio, quizá ande por aquí. Pensé que quizá tendrías frió y te traje esto—. Se acercó y le ofreció la cobija.
—Gracias —contestó la figura en la silla, con voz débil y cansada—. ¿Saben que estas aquí?— preguntó, mientras cubría su cuerpo con la manta.
—No, me castigarían —contestó Marcelino.
—Eres un buen chico —dijo el hombre. Levantó lentamente el brazo derecho y acarició la frente del niño.
—Tu mano —Marcelino le sujetó con cuidado la muñeca—. ¿Te duele? —Con la punta de sus dedos, tocó la herida, teniendo cuidado de no lastimarle.
—Un poco, los grilletes no estaban muy ajustados, pero hace unos días me los logré quitar y...
—¿Grilletes? —interrumpió Marcelino—. Siempre crei que eran clavos.
—Clavos... ¿Sabes quien soy? —pregunto el hombre con una leve sonrisa en su rostro.
—Sí, tú eres dios.
—Pequeño inocente, yo... —La tos no le permitió seguir hablando.
—¿Tienes hambre? Te he traído un poco de pan. Toma .—Marcelino sacó una de las rebanadas de pan del bolsillo de su pantalón y se la ofreció.
El tipo la tomó con cuidado y la olfateó.
—Hace tanto que no pruebo... —Dio una mordida, lo saboreó y enseguida lo escupió. Su semblante se distorsionó—. Esto sabe a... ¿De donde lo obtuviste?
—Es el pan de fray Papilla, tiene leche sagrada. No sabe muy bien, pero es vitamina pura, me han dicho ellos. Además es bendita. Los hermanos la colocan en todas partes, en las ostias, en el vino...
—Esos herejes. —La voz del hombre se volvió ronca, como si la furia le hubiera revitalizado—. ¿Como te llamas?
—Marcelino.
—Marcelino, estas aquí por un designio divino. Eres el elegido para ayudarme a detener las aberraciones de los frailes.
—¿Las qué?
—Lo que hacen los hermanos. Ellos me encerraron aquí porque sabía que lo que hacían estaba mal. La lujuria se posesionó de ellos. Yo me negué a a participar en sus orgías. Dijeron que me había vuelto peligroso y me encerraron aquí. Me dieron dos opciones: morir de hambre o aceptar su esperma. Lo segundo, jamás lo haría, lo primero, lo he evitado... comiendo ratas todos estos años.
—¿Ratas? —exclamó Marcelino lleno de miedo.
—Tienes que ayudarme Marcelino, estoy muy débil para hacerles frente, pero si tú...
—No eres dios.
—No, pero ha sido él quien te...
—¿Ayer comiste?
—¿Qué?
—Una ratita pequeña, blanca.
—Sí, creo que si. Mi vista no es muy buena, pero...
Marcelino le arrebató la cobija, y se dirigió a la puerta.
—Espera, a donde vas. ¿Debes irte? ¿Temes que se den cuenta, verdad? ¿Volverás mañana? ¿Traerias agua y un poco de comida? Que sean...
—Te comiste a Martincillo, hijo de puta. No volveré aquí nunca —le gritó Marcelino antes de cerrar la puerta.
Se trataba de un pasillo con varias habitaciones donde se guardaban los muebles viejos y las estatuas de santos que ya no tenían reparación. Marcelino pudo ver a Martincillo escabullirse por debajo de la puerta de la más lejana.
—Martincillo, ven —dijo poniéndose de rodillas para intentar ver dentro.
El lugar estaba oscuro y Marcelino solo alcanzaba distinguir sombras. De pronto, escuchó algo que parecían gruñidos, un golpe seco, como si un objeto de madera hubiera caído y finalmente; los chillidos de Martincillo.
—Martincillo, no debes hacer destrozos —dijo, deslizando las puntas de sus dedos entre la hendidura, pero los retiró de inmediato al volver a escuhar los gruñidos—. Ese no fue Martincillo— susurró al tiempo que se ponía de pie.
Se quedó inmovil por un momento. Distinguió un pequeño agujero cerca del cerrojo y se animó a echar un vistazo. Notó la silueta de cruz de madera grande y vieja, junto a una silla. Se percató de que los gruñidos provenían de una de las esquinas. Marcelino vio algo arrastrarse hasta la silla. Marcelino se frotó los ojos y volvió a mirar. Parecía tratarse de un hombre desnudo, con el pelo largo y abundante barba.
Las campanas comenzaron a sonar, un escalofrió recorrió el cuerpo de Marcelino; Si llegaba tarde, tendría nuevas cicatrices en la espalda.
Marcelino no podía dormir pensando en lo que había visto arriba. Tras pensarlo un par de horas, se decidió a salir de la cama, tomó una de sus cobijas y se dirigió a la cocina. Cortó un par de rebanadas del pan hechó con la receta especial del hermano Papilla, como había apodado al cocinero.
Se sintió afortunado de que ninguno de los monjes tuviera una de esas reuniones nocturnas en las que se besaban y abrazaban desnudos.
Entró con cautela en el celda del hermano Castigo, el monje que poseía todas las llaves del monasterio. Había una que jamas tocaba, la más grande de todas, Marclino tuvo la corazonada de que esa era la que necesitaba.
La puerta era pesada y rechinó al abrirse. Aunque era de noche, la poca luz que se filtraba por la entrada, le permitió a Marcelino ver mejor los detalles.
—Hola —le habló—. Te he visto esta tarde, buscando a un amigo mio, quizá ande por aquí. Pensé que quizá tendrías frió y te traje esto—. Se acercó y le ofreció la cobija.
—Gracias —contestó la figura en la silla, con voz débil y cansada—. ¿Saben que estas aquí?— preguntó, mientras cubría su cuerpo con la manta.
—No, me castigarían —contestó Marcelino.
—Eres un buen chico —dijo el hombre. Levantó lentamente el brazo derecho y acarició la frente del niño.
—Tu mano —Marcelino le sujetó con cuidado la muñeca—. ¿Te duele? —Con la punta de sus dedos, tocó la herida, teniendo cuidado de no lastimarle.
—Un poco, los grilletes no estaban muy ajustados, pero hace unos días me los logré quitar y...
—¿Grilletes? —interrumpió Marcelino—. Siempre crei que eran clavos.
—Clavos... ¿Sabes quien soy? —pregunto el hombre con una leve sonrisa en su rostro.
—Sí, tú eres dios.
—Pequeño inocente, yo... —La tos no le permitió seguir hablando.
—¿Tienes hambre? Te he traído un poco de pan. Toma .—Marcelino sacó una de las rebanadas de pan del bolsillo de su pantalón y se la ofreció.
El tipo la tomó con cuidado y la olfateó.
—Hace tanto que no pruebo... —Dio una mordida, lo saboreó y enseguida lo escupió. Su semblante se distorsionó—. Esto sabe a... ¿De donde lo obtuviste?
—Es el pan de fray Papilla, tiene leche sagrada. No sabe muy bien, pero es vitamina pura, me han dicho ellos. Además es bendita. Los hermanos la colocan en todas partes, en las ostias, en el vino...
—Esos herejes. —La voz del hombre se volvió ronca, como si la furia le hubiera revitalizado—. ¿Como te llamas?
—Marcelino.
—Marcelino, estas aquí por un designio divino. Eres el elegido para ayudarme a detener las aberraciones de los frailes.
—¿Las qué?
—Lo que hacen los hermanos. Ellos me encerraron aquí porque sabía que lo que hacían estaba mal. La lujuria se posesionó de ellos. Yo me negué a a participar en sus orgías. Dijeron que me había vuelto peligroso y me encerraron aquí. Me dieron dos opciones: morir de hambre o aceptar su esperma. Lo segundo, jamás lo haría, lo primero, lo he evitado... comiendo ratas todos estos años.
—¿Ratas? —exclamó Marcelino lleno de miedo.
—Tienes que ayudarme Marcelino, estoy muy débil para hacerles frente, pero si tú...
—No eres dios.
—No, pero ha sido él quien te...
—¿Ayer comiste?
—¿Qué?
—Una ratita pequeña, blanca.
—Sí, creo que si. Mi vista no es muy buena, pero...
Marcelino le arrebató la cobija, y se dirigió a la puerta.
—Espera, a donde vas. ¿Debes irte? ¿Temes que se den cuenta, verdad? ¿Volverás mañana? ¿Traerias agua y un poco de comida? Que sean...
—Te comiste a Martincillo, hijo de puta. No volveré aquí nunca —le gritó Marcelino antes de cerrar la puerta.
SEXO BAJO TESTOSTERONA
(de Hocio, oiganla aqui:http://www.youtube.com/watch?v=rPg9pp-Lsxc
Salgo de casa buscando ser complacido
quiero alguien que me haga sentir vibrar
alguien en celo es tan necesario por el momento.
Vamos nena es solo por un momento
besa mi pene y acepta el sufrimiento
dame tu sabes tus tetas son realmente suaves
no te vayas por favor no te vayas
solo atiende y ya veras
que tendrás un buen rato conmigo
dame placer yo solo quiero un orgasmo,
dame lujuria, siento algo especial.
Despierta mis instintos,
intimida mi cuerpo,
introduce mi pene
en tu garganta, Mueve perra.
Solo coge pinche perra
esto es grandioso.
Solo coge pinche perra
esto es asqueroso.
Solo coge pinche perra.
Salgo de casa buscando ser complacido
quiero alguien que me haga sentir vibrar
alguien en celo es tan necesario por el momento.
Vamos nena es solo por un momento
besa mi pene y acepta el sufrimiento
dame tu sabes tus tetas son realmente suaves
no te vayas por favor no te vayas
solo atiende y ya veras
que tendrás un buen rato conmigo
dame placer yo solo quiero un orgasmo,
dame lujuria, siento algo especial.
Despierta mis instintos,
intimida mi cuerpo,
introduce mi pene
en tu garganta, Mueve perra.
Solo coge pinche perra
esto es grandioso.
Solo coge pinche perra
esto es asqueroso.
Solo coge pinche perra.
Sucios Pesamientos '
Sucios pensamientos
Ven y coloca aquí tus labios ven
haz que penetre en ti, lame el sudor
sé que no quieres y tendré que hacer
hacerte sangrar un poco ven
bebe mi semen, bébelo hasta el fin
provócame orgasmos, hazme venir
mírame y no llores solo háblame
susúrrame al oído todo tu sufrir
provócame
dame tu sexo con él jugaré
dame placer total y te mataré
perversión, intensidad, subyugación
orgasmo, necesidad, penetración
tu sexo huele a mí, me excitas más
tu ano resistirá lo sé muy bien
fluidos corren los puedo oler
lluvia de espasmos sangre y placer
Esta rola es de Hocico, aqui la pueden escuchar
http://www.youtube.com/watch?v=57ilpGEgscA
Ven y coloca aquí tus labios ven
haz que penetre en ti, lame el sudor
sé que no quieres y tendré que hacer
hacerte sangrar un poco ven
bebe mi semen, bébelo hasta el fin
provócame orgasmos, hazme venir
mírame y no llores solo háblame
susúrrame al oído todo tu sufrir
provócame
dame tu sexo con él jugaré
dame placer total y te mataré
perversión, intensidad, subyugación
orgasmo, necesidad, penetración
tu sexo huele a mí, me excitas más
tu ano resistirá lo sé muy bien
fluidos corren los puedo oler
lluvia de espasmos sangre y placer
Esta rola es de Hocico, aqui la pueden escuchar
http://www.youtube.com/watch?v=57ilpGEgscA
EL CEMENTERIO SIN LÁPIDAS Y OTRAS HISTORIAS NEGRAS
(M IS FOR MAGIC) De Neil Gaiman.
Lo malo de crear una obra maestra, de esas que marcan un antes y un después, es que los trabajos siguientes del autor, invariablemente serán comparados con ella. Esto me sucedió a mi con Gaiman. La obra maestra de la que hablo, es por supuesto: The Sandman, que no pude dejar de comparar con este libro, a pesar de que me repetía una y otra vez: no es el mismo campo (comic, libro), no esta dirigida al mismo tipo de público (adultos, infantil), no es la misma temática, no es esto, no es aquello. Pero no pude evitarlo. En fin, me abstendré de decir que prefiero Sandman, jeje.
M is for Magic, título original del libro (que me parece más acertado que el de la versión en español) es un compendio de once cuentos de variados temas, detectives, fantasmas y otros que como bien dice el mismo Neil, es difícil clasificar. Todos son entretenidos, se leen rápido, muy entretenidos e imaginativos, y es por eso muy, pero muy recomendable para lectores primerizos, que seguro después de un libro como este, querrán más (el primer acercamiento a un libro, es determinante para que alguien se vuelva afecto a la lectura o no).
El puente del troll, No le preguntes a Jack, La presidencia de octubre, Caballería y La lápida de la bruja, son las historias que más me gustaron y si tuviera que escoger una sola, me quedaría con El puente del troll, la más oscura según mi opinión.
Lo malo de crear una obra maestra, de esas que marcan un antes y un después, es que los trabajos siguientes del autor, invariablemente serán comparados con ella. Esto me sucedió a mi con Gaiman. La obra maestra de la que hablo, es por supuesto: The Sandman, que no pude dejar de comparar con este libro, a pesar de que me repetía una y otra vez: no es el mismo campo (comic, libro), no esta dirigida al mismo tipo de público (adultos, infantil), no es la misma temática, no es esto, no es aquello. Pero no pude evitarlo. En fin, me abstendré de decir que prefiero Sandman, jeje.
M is for Magic, título original del libro (que me parece más acertado que el de la versión en español) es un compendio de once cuentos de variados temas, detectives, fantasmas y otros que como bien dice el mismo Neil, es difícil clasificar. Todos son entretenidos, se leen rápido, muy entretenidos e imaginativos, y es por eso muy, pero muy recomendable para lectores primerizos, que seguro después de un libro como este, querrán más (el primer acercamiento a un libro, es determinante para que alguien se vuelva afecto a la lectura o no).
El puente del troll, No le preguntes a Jack, La presidencia de octubre, Caballería y La lápida de la bruja, son las historias que más me gustaron y si tuviera que escoger una sola, me quedaría con El puente del troll, la más oscura según mi opinión.
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